Exposición La Buhardilla

Los sueños están para cumplirlos, pero siempre hay personas que te empujan a ello. Han sido años de miedo, metafórico, a no enseñar al mundo lo que sabía hacer. Todo comenzó con la idea que tuvo un Pepito Grillo (sí, aquella persona a la que mencioné mil y una veces en mi discurso por los nervios). Esa persona me empujó a crear lo que imaginaba y lo que creía. Y muchas otras personas, se unieron a mi sueño. 

Poco a poco, comencé a crear un alter ego: MONIgote. Aquella mujer con el pelo blanco, con la madurez interior de una persona sufridora, curtida de hachazos de la vida, creada a base de lecciones y caídas y, con más miedos que ambiciones. Pero no todo puede ser malo.  ¿Qué reto puede ser más bonito que el de crecer? Crecer a nivel personal, a nivel emocional, a nivel de creación de tu propio ser.

Con todo ello, se fraguó una personalidad que a muchos no les gustaba y, a unos pocos les atraía. En ella está mi esencia, mis múltiples errores multiplicados por mil, y mis aciertos. Y con ellos aprendo, reflexiono y crezco.

Creí en la idea de enseñar lo que hacía. Y tras varios rechazos iniciales en convocatorias, decidí buscarme mis propias salidas y en Sixto, aquel maravilloso hombre, encontré la puerta más grande. Su bonito bar, La Buhardilla, me hizo un hueco, Me brindó sus paredes de ladrillos para a base de golpes de martillo, exponer mi pequeño arte. Y ahí nació 

INEFABLE

Aquello que no puede explicarse con palabras.

Fueron días de preparación, de montaje, de pedir y buscar ayuda para preparar todo los días previos. Y el gran día llegó. Rodeada de quienes quiero, vi la luz y crecí.

"Muchísimas gracias a todas las personitas que ayer me acompañaron en este día tan especial para mi. Ayer por fin mi sueño de toda la vida cogió forma. Gracias por tanto apoyo, por estar ahí y por darme tantos ánimos, y hacerme lloriquear un poco. Os quiero, con nuestras diferencias y nuestras cosas comunes. Esto va creciendo, a base de martillo, preguntas indiscretas de niños, lágrimas de felicidad, flores de colores, resacas, desplazamientos de otras ciudades, personas que ya no están... personas que están muy dentro del corazón.
Prometí que no iba a llorar pero... "

INEFABLE

Aquello que no se puede explicar con palabras.

La Buhardilla

La Buhardilla

Calle de S. Martín, 33, 47003 Valladolid 

983 26 50 33 

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